A pesar de la reapertura del rubro, estiman una ola de cierre de salones de fiestas en Salta

Si bien se aprobó una reapertura, desde el sector aseguran que muchos locales no pudieron seguir tras más de ocho meses de inactividad por la pandemia.

En la lista de reaperturas tras la suspensión de actividades por la pandemia de COVID-19, los salones de fiesta fueron los últimos. Desde esta semana quedaron habilitados, con fuertes restricciones que dividirán entre quiénes pueden adaptarse y quiénes no. Con una demanda dispar, desde proveedores hasta empleados se entusiasmaron con el regreso, aunque al mismo tiempo lamentan que esta nueva etapa mostrará que muchos no pudieron seguir en pie.

“De los 60 salones quedaron 15”, marcó el contexto Matías Caporaso, propietario de dos peloteros. Diferentes sectores que en Salta no tenían ningún tipo de relación se organizaron para pedir la apertura. Caporaso reunió y coordinó a los pequeños empresarios del rubro. En julio presentaron un protocolo del que hace unas semanas se conversó con las autoridades. Finalmente fue aprobado desde el 1 de diciembre y rige también para parques de diversiones.

“Ahora se sabrá quiénes siguen y quiénes no, muchos no pudieron seguir. Esto se sabrá ahora. Muchos han devuelto los salones, los que alquilaban”, resaltó por su lado Eduardo Kira,presidente de la Cámara de Hoteleros Gastronómicos y Afines de Salta. Kira planteó además que los salones “informales no tuvieron mayores problemas y no cerraron”, mientras los formales “son cada vez más perseguidos y tienen más trabas con el camino”.

Algunos de los salones que siguen en carrera pudieron sobrevivir porque lograron utilizar el espacio con otros fines. “En agosto nos reinventamos para abrir como mayoristas”, contó Ramiro Bauab, propietario de “Chiquilandia”. El salón, que tiene 7 años, retomará su actividad original el año próximo, cuando renueve los permisos habilitantes vencidos.

El protocolo para los salones de fiestas plantea restricciones que ponen a prueba a las pequeñas empresas. Tienen permitido trabajar con la mitad de la capacidad para la que están habilitados. Los horarios son de 19 a 1 de la mañana y no se puede bailar. Desde la Cámara de Gastronómicos y Afines están en conversaciones con el COE para “al menos” poder realizar bailes tradicionales, como el vals en las fiestas.

Pocos eventos

“En relación con el año pasado o años anteriores, no sé si llegamos al 15 por ciento”, advirtió Kira, en referencia a los eventos que se celebran por estos días de fin de año, en la otrora considerada temporada alta. En los dos salones de Kira, solo se están realizando eventos que ya estaban pautados, como cenas de egresados. Advirtió que la demanda continúa siendo baja, a pesar de haber mantenido reuniones previas con los padres, en las que se organizaron para cumplir con el protocolo. “Ni siquiera se llegará al 50 por ciento”, advirtió el empresario.

El empresario también aseguró que “por el tema económico insalvable, ya no serán cenas como las de antes”. De todas maneras, celebró que “por fin, formalmente podremos tener una cena en la que podrán estar los padres con los hijos y los abuelos”.

Las medidas ponen en jaque a los salones más grandes. Aseguran que la gente no está organizando grandes eventos, y que son más bien pequeñas reuniones. En este sentido, Kira analizó que abrir un gran salón para esa pequeña demanda, más las restricciones impuestas que permiten ocupar solo una parte de los salones, no es redituable. En este contexto, los que podrán adaptarse mejor son los locales más pequeños que después de 9 meses, por lo menos podrán pagar la luz, el gas y los empleados. El panorama es más esperanzador para los salones de fiestas infantiles, para los que se sostuvo la demanda pese a que no podían trabajar. “Hace rato nos vienen preguntando por hacer los eventos. Incluso la gente en sus casas continuó haciendo los cumpleaños y contratando inflables”, relató Carpaso. En las diferentes reuniones que mantuvieron con el COE, con apoyo de algunos concejales como Benavides y Exeni, a quienes agradecen por su intervención, los propietarios de peloteros plantearon esta situación a las autoridades. “Sé que no podían controlarlo, pero que no nos habiliten a nosotros mientras por detrás haya estado pasando eso, nos daba bronca”, recordó Carpaso.

El regreso de los salones infantiles ya comenzó a entusiasmar a quienes dependen indirectamente de la actividad. “Hoy me llamó el proveedor de papas, casi llorando, porque lo llamaron un montón de colegas”, contó el propietario de Chiquilandia. El regreso, consideró, además de ser un alivio económico, representa también una alegría para los niños que “estuvieron estos meses encerrados en sus casas y eso les trajo daños psicológicos”.

Protocolo obligatorio

1. Capacidad: podrán trabajar al 50 por ciento, tanto los salones infantiles como los de eventos, con no más de una persona por metro cuadrado. Deberán colocar un cartel visible que informe la capacidad del salón.
2.Baile: está prohibido el baile, pero sí se habilitan shows. Se conversa sobre la posibilidad de realizar el tradicional vals en algunos eventos.

3.Mesas: Deben guardar distancia.
4. Listado de invitados: en los peloteros, quien hace el festejo deberá presentar una declaración jurada. Además se anotará a los invitados en la entrada para contactarlos si surgiera un contagio. 

5: Ventilación e higiene: tanto a los salones de eventos como los infantiles, se les exigen trapos de piso humedecidos y desinfectados en las entradas, el uso de barbijo, el alcohol en gel y la ventilación natural de los espacios. 

6. Demarcación: debe hacerse en egresos y egresos.

7. Entreturnos: debe haber 30 minutos entre un evento y el otro para la correcta limpieza del lugar. Se exige una planilla en la que conste el horario de la última limpieza.

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