Oficialmente, el proveedor se quedó sin stock del producto.
En Salta se está al borde del desabastecimiento de cigarrillos por la paralización de la fabricación de ese producto en medio de la cuarentena por el coronavirus. El único distribuidor de Massalin empezó a frenar el envió de cigarros a los quioscos y comercios de Salta. Muchos ya se quedaron sin stock. La distribuidora EZD SRL abrió el miércoles solo para rematar lo último que le quedaba. Se trata de una firma con 22 años de trabajo en Salta y que ahora quedó en la incertidumbre total.
La empresa tiene a 30 trabajadores, con unos 14 años de promedio de antigedad, distribuidos en tres locales, y están atravesando una crisis que nadie sabe cómo terminará.
“Estoy liquidando toda la mercadería que tengo. Ya no hay más cigarrillos porque no tengo qué vender. Y no se sabe cuándo volveremos a tener porque el cigarrillo no es un producto esencial. Entonces tenemos a la fábrica de Massalin, ubicada en la localidad bonaerense de Merlo, totalmente parada desde el 20 de marzo. Desde esa fecha que no nosotros no recibimos nada de ahí. Recurrimos a otros proveedores, paramos la venta unos 10 días, pero ahora ya no tenemos más nada. Estamos ante una situación crítica y lo peor es que no sabemos cuándo va a terminar”, dijo Juan Alonso, propietario de la firma.
El hombre no sólo está preocupado por las 30 familias sino por todas las economías familiares que se entretejen en los pequeños comercios de Salta. La firma ya envió sus últimos camiones con mercadería a Anta y Cafayate. Les dijeron a sus clientes que no irán hasta nuevo aviso.
“Yo tengo para pagarles el sueldo de abril. Ya afrontamos marzo, pero no puedo seguir liquidando mi negocio. Ya no sabemos qué vamos a hacer el mes que viene. Estamos en una situación desesperante”, lamentó Alonso. ara colmo, no es una crisis que los toma “bien parados”.
“Nosotros venimos perdiendo volumen de ventas desde 2016. El 2019 fue el peor: perdimos el 25 por ciento frente a los cigarrillos que traen ilegalmente desde Bolivia. Y lo peor es que nadie nos escucha. De los cigarrillos legales, el 85 por ciento del precio son impuestos. Uno de ellos es el Fondo Especial del Tabaco, que sin ventas cae su recaudación. Al bajar las ventas, todo lo demás se contrae. Esto es lo que yo digo administrar la escasez”, concluyó Alonso.
Del lado de los cigarrillos que traen el mercado ilegal desde Bolivia también están faltando y la usura se apropió de los precios en plena pandemia. El mayor proveedor de cigarrillos truchos está en los quioscos que están ubicados frente al mercado Cofruthos. Ayer vendía el atado de una marca a 1.500 pesos, y otra a 1.100 pesos. Esos cigarrillos truchos en los quioscos de Salta ya superan los 150 pesos el paquete de 20 unidades.