Advierten sobre los accidentes domésticos durante la cuarentena

Un experto brindó consejos para prevenir quemaduras.

Durante este tiempo de cuarentena, en que los niños no van al jardín ni a la escuela y pasan todo el tiempo en sus hogares junto a sus familias, pueden aumentar los accidentes domésticos y, sobre todo, las quemaduras.

Para prevenir estas situaciones, el médico especialista en cirugía plástica Gabriel Chagra Dib, quien hace más de 25 años fundó el servicio de Cirugía Plástica y Quemados en el Hospital Público Materno Infantil, brindó una serie de recomendaciones.El profesional manifestó que, desde que comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio por el COVID-19, aumentaron mucho las consultas por quemaduras en la Fundación Áurea, una institución que creó y preside desde 2014, que se dedica a recuperar estética y funcionalmente de quemaduras y cuadros de labio leporino.

El exministro de Salud Pública y expresidente del Instituto Provincial de Salud (IPS) advirtió que en épocas normales el 80 por ciento de los accidentes por quemaduras en niños menores de cinco años de edad se produce dentro del hogar cuando hay un adulto a cargo.

“En este momento, en que los chicos están dentro de las casas todo el tiempo y los adultos, con toda la angustia de estar encerrados y no poder trabajar y con los chicos haciendo las tareas escolares, estos riesgos aumentan”, señaló.

Chagra Dib mencionó que los líquidos calientes constituyen la primera causa de quemaduras en niños. Explicó que uno de los motivos más frecuentes es cuando la mamá o el papá le dan la mamadera al bebé y se la sirven muy caliente o, al descuidarse, el chiquito da un manotazo y esta se derrama.

“No es necesario servir tan caliente el líquido”, observó. Una quemadura con una taza de té hervido a 100 ´C es mucho más grave que una con un líquido que está tibio. Por eso, uno de los consejos es servir los alimentos tibios.

El médico recomendó no tener al niño en brazos cuando el adulto ingiere alimentos calientes: “Es otra causa frecuente cuando la mamá toma el mate o el té y tiene al bebé en los brazos. A veces el bebé manotea el mate porque está aburrido o cansado o porque es inquieto y se le vuelca encima y se produce la quemadura”.

Otra precaución debe darse al momento del baño: “Cuando lo van a bañar al chico, que lleven tibia el agua, la dejen enfriar y después le den el baño, porque, si no, se puede quemar”.

Una de las causas que se da en casas más humildes es que las cocinas no están fijadas a la pared. “Hay que agarrarla con una soga o con algo porque cuando el chico pasa por la cocina y se agarra, puede moverla y volcar los líquidos que están en las hornallas”, señaló el especialista.

Recomendó usar siempre los quemadores de atrás, no los de adelante, porque los niños de tres o cuatro años que llegan a la hornalla, cuando pasan, dan un manotazo y se les vuelca el líquido encima: “Son quemaduras graves porque el agua está hervida o el aceite… La comida caliente tiene mucha mayor densidad y produce más profundidad en las quemaduras”.

Otros consejos son colocar los mangos de las sartenes siempre hacia atrás y mantener fuera del alcance de los chicos las pavas eléctricas.

Atención con los braseros

Como se aproximan el invierno y el tiempo más frío, en los hogares se encienden las estufas y los braseros, que pueden representar un peligro si no se toman ciertas precauciones.

“Hay que tener mucho cuidado cuando se enciendan los braseros, no solo por el oxígeno, porque hay que abrir siempre la puerta, sino también por el hecho de que a veces no se apagan bien los quemadores y los chiquitos los tocan”, advirtió Chagra Dib.

“Si lo ven candente, caliente, hay que ponerlo en un rincón, protegerlo y dejar siempre abierta una hendija”, recomendó.

Mencionó que la estufa eléctrica también implica un riesgo porque el rojo caliente del cuarzo a veces les llama la atención a los niños y la agarran: “Hay que tener cuidado con eso, sobre todo con la ventilación y la corriente”.

Otro accidente frecuente en los hogares es con los enchufes, que los chicos tocan cuando están inquietos y que generalmente les queman las manos y la boca. “Siempre hay que cubrirlos, protegerlos, poner un mueble adelante para que los chicos no los vean”, dijo el médico. Recomendó no usar alargadores.

Una situación de riesgo se da cuando se deja la plancha parada al alcance de los niños. “Son movimientos automáticos que hacemos, que en condiciones normales no producen las quemaduras, pero ahora con los chicos encerrados, más inquietos, seguro los accidentes aumentan en cantidad”, advirtió.

La bolsa de agua caliente también puede producir heridas cuando se la carga con el líquido ardiente ya que los chicos tienen una piel mucho más fina.

Otra quemadura frecuente en invierno se produce al hacerles vapor de agua a los chicos por los catarros bronquiales. Esto implica un riesgo porque el niño está prácticamente encima de la olla con agua hirviendo. “Si mete un manotazo, se vuelca toda esa agua”, observó. Para evitar esto, hay que hacerlo entre dos personas: una sostiene al chico y la otra le hace el vapor de agua.

Aumentar los cuidados

Chagra Dib pidió estar atentos a estas recomendaciones, que son muchas, pero sencillas: “A la hora de producirse una quemadura, los chicos son mucho más lábiles. Un líquido caliente que se le caiga a un chico de tres años le puede producir una quemadura en cerca del 80 por ciento del cuerpo porque lo rocía casi entero y esto requiere internación”.

Advirtió que en este contexto de pandemia es importante aumentar los cuidados hacia los más pequeños. “Los niños tienen la piel más fina y se pueden descompensar más rápidamente”, dijo.

Mencionó que las secuelas que dejan las quemaduras en los niños son mucho peores que en los adultos: “Ellos van creciendo y su piel también, menos la parte que tiene quemaduras… Se producen retracciones que pueden dejar secuelas de funcionamiento y requieren tratamientos que pueden durar de por vida”.

Cuando un niño se quema, hay que echar agua fría sobre la zona quemada, sacarle la ropa, proteger la zona con un paño limpio y acudir lo más rápido posible al servicio de urgencia más cercano.

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