Caso Luján Peñalva: Hace casi 7 años las dudas eran las mismas

Lo que se denunció entonces lo confirmaron en EEUU, fue un doble crimen.

Gustavo Peñalva dijo en septiembre del 2012: “Mi hija no se suicidó. A Luján la violaron y después la asesinaron. Las pruebas son contundentes, pero la fiscalía hizo la peor investigación de todos los tiempos. La autopsia fue bochornosa. Armaron todo para decir que fue un pacto suicida”.

Una de las principales pruebas con las que cuenta la familia es una pericia propia de la gran mancha de sangre, de 40 centímetros, ubicada en la parte posterior del pantalón de Luján. La misma “se extendió hacia atrás y hacia arriba, lo que demuestra que no estuvo colgada al momento de la muerte, sino más bien acostada”, explicó Gustavo. Asimismo, en las pruebas de ADN realizadas en la Universidad de Buenos Aires, con relación a las prendas de las chicas, “en el pulóver de Yanina había una gota de sangre que coincide con el ADN de Luján, pero también en el área donde se encuentra esta mancha aparece el ADN de un desconocido, que no es el de Fredes, el sospechoso”. “No se realizó prueba de ADN de la cuerda con la que supuestamente se ahorcaron. Luján tenía un raspón en una de sus manos y la autopsia nada dijo al respecto. Al momento de la autopsia no había aparatos de rayos X para determinar si las chicas tenían algún hueso roto”, señala Gustavo.

Siete años después la tecnología parece dar razón a un papá incansable a una Justicia lenta, pero no ciega.

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