Deuda: Guzmán captó amplio fondeo; señal de cara a tercer trimestre

Ya garantizó la renovación del 66% de los pagos del mes y aspira un amplio rollover en junio antes de los meses más desafiantes. Hubo flujo desde los bancos en el debut de la medida de encajes.

El Ministerio de Economía colocó ayer $163.063 millones en la primera licitación de junio y ya se garantizó la renovación del 66% de los vencimientos de deuda en pesos del mes. Fue también la primera colocación en la que estuvo vigente la medida del Banco Central que habilitó a los bancos a migrar la porción de encajes que tienen en Leliq a títulos soberanos, una iniciativa que ya en su debut le llevó mayor flujo a la deuda del Tesoro. Con este resultado, el equipo de Martín Guzmán se hizo de un colchón importante para afrontar los compromisos de fin de mes y prepara el terreno para dar una señal de cara a un tercer trimestre desafiante, en el que expiran alrededor de $1,3 billones.

La Secretaría de Finanzas recibió 913 ofertas por un total de $201.889 millones de valor nominal en las cinco letras en moneda local que había puesto sobre la mesa. Dejó afuera aproximadamente el 20% y adjudicó $ $159.618 millones. En términos efectivos, le significó el ingreso de algo más de $163.000 millones. Al no haber pagos de deuda de mercado en pesos, casi la totalidad fue a ampliar el financiamiento neto del Tesoro. Con otras dos licitaciones por delante, el 16 y el 28 de junio, y el colchón de fondeo captado ayer, en el Palacio de Hacienda esperan cerrar con un elevado nivel de rollover un mes en el que vencen unos $244.500 millones.

Con el guiño de algunos bancos, el 78,5% del monto colocado fue a 2022 a través de dos letras indexadas: las Lecer al 31 de marzo y al 23 de mayo, que captaron $69.372 millones y $58.574 millones respectivamente. Este flujo adicional también le permitió a Finanzas recortar levemente las tasas, que fueron del 1,3% y el 1,53% por sobre la inflación. La última vez que habían sido emitidas estas letras pagaron 1,52 y 2% real.
El 21% restante se repartió en partes prácticamente iguales entre tres títulos con vencimiento este año: una Ledes y una Lepase a septiembre, con tasas del 39,24 y 39,22%, y una Ledes a noviembre al 40,48% de interés.

Una de las principales novedades de la colocación era el debut de la medida del BCRA que habilitó a las entidades financieras a migrar la porción de los encajes que tenían integrada con Leliq (o una parte de ella) a títulos del Tesoro con duración de entre 180 y 450 días, ya sean nominados en pesos o CER. En este caso, los bancos podían optar por las dos Lecer a 2022, que fueron precisamente los instrumentos más demandados.

Fuentes de Economía le confirmaron a Ámbito que en la colocación de Finanzas hubo una importante participación de bancos, aunque destacaron que también la hubo de fondos comunes de inversión y otros institucionales. Con todo, tanto en el Gobierno como en el mercado coinciden en que habrá que esperar unos días para saber cuánto de lo que aportaron los bancos correspondió al cambio de Leliq por Lecer.

La subasta de Leliq de este martes del Central, en la que se liberaron unos $40.000 millones (se renovó menos de lo que vencía), dio un primer indicio. Aunque, sobre todo, se deberá prestar atención a la que la autoridad monetaria realice hoy que, al liquidarse el viernes, coincidirá con la fecha de liquidación de la licitación del Tesoro. “Allí se podrá evaluar la participación de bancos que parece haber sido significativa”, dijo Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria.

Distintas fuentes consultadas por este diario señalaron que entre las entidades financieras aún prima la cautela sobre la posibilidad de utilizar la nueva herramienta que habilitó el BCRA, sobre todo entre las de capital extranjeros. Sin embargo, descontaban una adhesión más rápida por parte de bancos públicos y algunos privados de capital nacional. Los encajes integrados con Leliq totalizaban cerca de $750.000 millones y la consultora 1816 estimó que, desde allí, podrían migrar a las colocaciones del Tesoro unos $90.000 millones.

El objetivo de Guzmán es financiar al menos el 40% del déficit fiscal de 2021 con deuda en pesos para minimizar la asistencia monetaria del BCRA y evitar que se inyecten más pesos en la economía que puedan recalentar el dólar. Hasta mayo había logrado fondearse en el mercado en un 45% pero los meses más desafiantes están por venir.

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