Emoción, lágrimas y deseos, en un año difícil

Los fieles encontraron en esta celebración una oportunidad para soltar sus angustias.

Esta fiesta del Milagro fue esperada por los fieles salteños quizás con más ansias que otros años. El compartir la fe les permitió encontrar cierta calma en medio de tanta angustia e incertidumbre o, por lo menos, desahogar las penas.

Durante el último año y medio, en el marco de la pandemia de coronavirus, algunos perdieron familiares y amigos, otros se quedaron sin trabajo y otros vieron fugarse los pequeños momentos de bienestar que tenían.

Muy emocionada, Lorenza Laprida (71) se acercó a la avenida Usandivaras, en la zona oeste, para compartir el Milagro con sus familiares y vecinos del barrio Rosedal.

“Necesitamos la salud, la paz y que no nos falte el alimento de todos los días”, expresó la mujer, que preparó un cartel para recibir a los Santos Patronos.

Contó que este año fue “bastante complicado”, ya que su hijo está sin trabajo y tratan de superarlo con la ayuda de las jubilaciones para salir adelante.

La mujer pidió “bendiciones para todos y que se mejore esta situación”. Su hijo, al lado, saludó a todos los que trabajaron ayer para el Milagro.

Lorenza mandó saludos a los familiares de El Carril que se distribuyeron por toda la Argentina en busca de trabajo y ahora viven en Rosario, Santa Cruz, Neuquén y Comodoro Rivadavia.

La mujer agradeció la visita del Señor y la Virgen del Milagro a su barrio: “Ha sido muy bueno. Es la mejor idea que han tenido para que la gente pueda verlos”.

“Que siempre sea así”

Mientras se iban las imágenes peregrinas y una columna de motos y bicicletas seguía la procesión hacia la zona sur de Salta capital, las familias se dispersaban para volver a sus casas.

Conmovida, Susana Ruiz (60), de Villa Primavera, se quedó a conversar con El Tribuno. Llevaba una foto de su mamá, quien trabajaba en la florería Ebber y durante muchos años ayudó en la Catedral a hacer la corona del Señor del Milagro.

La mujer, que había llegado muy temprano con sus hijos y nietos, pidió “que se vaya este problema (de la pandemia)”, que provocó muchas pérdidas de vecinos y familiares.

“Es muy doloroso”, aseguró. Hace casi un año un hermano falleció por COVID-19 y hace seis meses murió su esposo, aunque por otra enfermedad. “Que haya un milagro, que no haya más pandemia”, insistió, entre lágrimas. Luego de que el año pasado no hubiera celebraciones del Milagro, la mujer aseguró que la de este año fue “una experiencia muy linda”.

“Espero que se repita esta procesión por los barrios para que el Señor y la Virgen bendigan a todos los salteños. Hay mucha gente que no puede llegar hasta allá. Espero que siempre sea así”, expresó.

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