La movilización del 8M convoca a mujeres y disidencias de todo el mundo a tomar las calles y Barcelona no es ajena a esta revuelta popular.
La cosmopolita alberga gran cantidad de inmigrantes latinoamericanas que por primera vez decidieron marchar juntas, encapuchadas y reivindicando las luchas de sus territorios. Integrantes de movimientos feministas de Chile y Argentina relatan por qué sienten la necesidad de estar unidas.
Cuando ves una horda de mujeres y diversidades avanzando por la calle, con capuchas coloridas, cantando canciones y bailando, vas a sentir que dentro de tu cuerpo, algo se empieza a mover solo: es el contagio de una cultura ancestral de lucha y resistencia. Quienes migran desde América del Sur y el Caribe arrastran este calor popular, lo llevan en las venas y sienten la necesidad de expresarlo y compartirlo. Además, la realidad sociopolítica de estos países no las deja ser indiferentes.
“Es el comienzo de algo hermoso”, dice Gabriela Ripari, integrante de Marea Verde Barcelona, una organización principalmente de argentinas que surgió a partir del debate de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en el Congreso de la Nación Argentina en 2018. Cuando estás lejos en momentos clave de lucha de tu país de origen sentis la necesidad de compartir, expresarte y buscar la manera de hacer algo, por más distancia que exista. Este sentimiento fue motor para el surgimiento de Marea Verde, luego la unión con las chilenas y, actualmente, el germen de un bloque latinoamericano que integra a mujeres y disidencias de Colombia, México, Perú, Ecuador, Brasil, Cuba, Uruguay, y Bolivia.
¿Cómo surge la idea de movilizar juntas el #8M?
Constanza Javiera Chamorro Marabolí, integrante de Chilenas en Barcelona, cuenta que estuvo aquí en la marcha del 8M – Día Internacional de la Mujer del 2019 y sintió que sus características como latinoamericana no estaban presentes, que las luchas de su territorio tenían que tomar fuerza y para eso debían unirse. Desde Marea Verde tenían las mismas inquietudes y en las asambleas del 8M empezaron los preparativos de algo que nunca imaginaron, sería el comienzo de un espacio de pertenencia tan masivo.
“Es un momento muy guerrillero en Latinoamérica, están pasando muchas cosas, hay estallidos, golpes y nosotras estamos todas acá, todas lejos y necesitamos a esa hermana latina que te apañe, que te escuche, sentir que estamos viviendo la misma angustia. Tenemos muchas ganas de gritar, de estar unidas y qué mejor que el 8M para eso.” resume Daniela Mora, integrante de Chilenas en Barcelona.
América Latina las cría y hoy el viento las reúne en Barcelona. La fuerza trasciende fronteras y la búsqueda de calor cultural, de un espacio de pertenencia, te va juntando.
Claudia asegura que hay objetivos comunes que las unen, “buscamos visibilizar nuestras luchas y posicionarnos como personas migrantes. Estamos acá, somos muchas y exigimos lo mismo: dignidad de migrar. Son muchas las consignas que nos unen pero si teníamos un objetivo concreto del 8M, se logró: unirnos todas.”
“Además lo que está pasando en Chile o en Bolivia trasciende y desde acá surge visibilizarlo. No lo tomo como un objetivo, sino como una fuerza que nos une.” agrega Gabriela.
Constanza trae a la charla la idea de lucha internacionalista, un concepto que busca romper con las barreras fronterizas y utilizar las nuevas redes de comunicación para globalizar las realidades de cada territorio. “Tenemos que internacionalizar las opresiones que vivimos en nuestros territorios y que una no los deja de vivir por migrar. Nuestros espacios surgen también con el fin de solidarizarnos con nuestras hermanas que están en allá. Además hay una cuestión cultural, en la dinámica capitalista cuando una migra, se le intenta imponer la cultura local e invisibilizar la propia pero aunque uno migre, no deja de seguir habitando ese espacio, que es un espacio interno pero que externaliza. Traer tus luchas acá es muy bonito, porque es descolonizarse definitivamente.”
Decidieron manifestarse todas con capuchas, ¿qué significado tienen?
Constanza: Antes de marchar hicimos un taller para armarnos las capuchas y al inicio propusimos un conversatorio sobre sus significados. Actualmente en Chile tienen relación directa con la protección de la identidad pero muchas compañeras empezaron a hablar de la relación con nuestra cultura ancestral y a partir de ahí salió la idea de que la capucha representa tu propia identidad, tu mundo interno. Por ejemplo, las compañeras de México hicieron referencia a la lucha Zapatista y plantearon algo muy interesante de la máscara, “no nos han querido ver durante muchos años y ahora que tenemos capuchas nos ven.” Entonces también está el juego a la inversa, no sólo ocultamos nuestra identidad sino que somos más visibles a través de esta identidad encapuchada.
¿Cómo las interpela la cotidianidad de sus territorios a la distancia?
Daniela:Lo que pasó Chile fue muy fuerte, muy abrupto pero eso también fue muy bonito, fue el inicio de toda una revolución. Fue horrible estar acá, mucha angustia, pasé dos semanas pegada a la tele, era una locura estar lejos y esa fue una de las razones que nos llevó a unirnos. Hoy estamos haciendo la gestión de ayuda internacional, hicimos intervenciones en la ciudad, un montón de cosas. A nivel personal lo que me interpela, lo que me moviliza, es que una no deja de recibir violencia como mujer.
Constanza: Todas las revoluciones que están sucediendo en América Latina, todas son movilizaciones que intentan cambiar el sistema capitalista mundial, están exigiendo dignidad. Y ahí es donde está la lucha internacionalista, hoy estoy acá, qué hago estando acá. Es solidarizar con los países latinoamericanos pero también generar instancias con las personas que acá también viven distintos tipos de violencia. Por ejemplo, yo me hice un aborto en Barcelona y tuve que pagar, tuve que hacer mil cosas para poder abortar. Entonces, acá es legal pero ¿es legal para quiénes?, acá es gratuito pero ¿es gratuito para quiénes?.
Gabriela:Cuando fue lo del aborto en Argentina pensaba “quiero estar allá, es el momento de volverme.” Ese fue un punto de inflexión, empecé a pensar que yo tenía que volver, que tenía que estar allá. Pero cuando tuve que volver a Argentina por un tiempo largo me di cuenta de lo importante que es estar acá y lo importante que es internacionalizar nuestras las luchas.
Cuando hoy nos pensamos feministas, lo hacemos desde una construcción histórica de movimientos de lucha y producciones teóricas. Este movimiento siempre ha sido de vanguardia, aún con las críticas internas, por ejemplo, a la visión eurocentrista.
Las tensiones que se producen al respecto proponen pensar en movimientos feministas de manera plural derribando posiciones colonizantes de un feminismo blanco y hegemónico, incluyendo la mirada sobre la diversidad de género, entretejiendo luchas , abriendo un campo de intercambios internacionalistas.

Marcha por el 8M – Día Internacional de la Mujer en Barcelona
¿Consideran que hay diferencias con los grupos feministas españoles? ¿Cómo se unifican estas luchas?
Constanza:Es distinto, creo que hay diferentes objetivos. Nuestra mirada de ser dueñas de nuestros cuerpos, tener una vida digna, ser respetadas. Acá siento que hay un feminismo institucional, de obtener más derechos, más igualdades laborales, equidad en los espacios, un feminismo más liberal. Son luchas importantes pero con focos distintos. Mundialmente se le ha tenido mucho miedo a la visibilización de la palabra diferentes pero efectivamente somos diferentes, tenemos historias de vida que son distintas, luchas que son distintas. Hay una enemigo común que es el patriarcado pero hay otros enemigos que son particulares.
Gabriela: Creo que acá entra la cultura y la necesidad. Somos culturalmente diferentes, traemos historias diferentes, el hecho de migrar y empezar de cero ya te hace mover de otra manera. Tenemos que buscar llevar el feminismo a la calle, salir de la oficina. Creo que la construcción de un movimiento unificado está en mezclarnos, en la interseccionalidad. Lo que tenemos que tener claro, lo que nos tiene que unir es que el enemigo es siempre el mismo y en todos lados. De ahí partir, con las diferentes necesidades pero siempre desde lo colectivo, juntarnos, mezclarnos, intercambiar nuestras culturales, aprender unas de otras.
La movilización del Día Internacional de la Mujer vuelve a ser excusa para llamarnos a la reflexión. El lanzamiento de un espacio que reúne a mujeres e identidades latinoamericanas en Barcelona se enlazan con voces y producciones que desde hace décadas proponen desde la perspectiva de género revisar las ideas colonialistas. La internacionalización de las luchas no sólo plantean la difusión mediática de las problemáticas sociopolíticas sino la necesidad de derribar prejuicios y profundizar la interrelación cultural.
Porque el feminismo no es uno, son muchos, porque cuando migramos no dejamos atrás nuestra tierra sino que buscamos construir una identidad colectiva. La idea de un movimiento feminista internacional plantea el desafío de sororizar en la particularidad y unir en la generalidad.
Mariel Lesnichevsky Boronat es comunicadora feminista y latinoamericana. Productora y Licenciada en Ciencias Sociales y Humanidades.