Inflación sin freno: economistas estiman que 2022 comenzó a una velocidad del 60% en todo el año

Las causas que retrotrae el aumento de los precios a tasas interanuales que no se registraban desde 1991, previo a la convertibilidad fija de 1 a 1 entre el peso y el dólar.

Con un sombrío pronóstico, los economistas Ramiro Castiñeira, Juan Luis Bour, Luis Palma Cané; Jorge Neyro y Federico Glustein respondieron a las inquietudes de Infobae, tras difundir el Indec el dato de diciembre y cierre de 2021, y coincidieron en que la inflación en 2022 será aún mayor, por ahora al rango el 60%, es decir, casi 10 puntos porcentuales más.

Reducir la magnitud del déficit fiscal y la emisión monetaria para financiarlo, alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ajustar tarifas y naftas, fueron mencionados entre los factores claves que podrían modificar esas estimaciones que significan no sólo superar el umbral que se registró en el último año del gobierno de Cambiemos, sino peor aún, volver a tasas de poco más de 30 años antes.

Para Ramiro Castiñeira, economista director de Econométrica, la inflación de este año en el escenario bueno y optimista tiene un piso del 60%: “Es de ahí para arriba, dependiendo de cuán fuerte terminó siendo el impacto de la sequía sobre las cosechas, si se acuerda o no con el FMI y si se tiene -o no- voluntad de cambiar el rumbo de Argentina, porque sino va al colapso cambiario, energético y fiscal en simultáneo”, alertó.

Según su análisis, así terminan este tipo de políticas y hay numerosos ejemplos de la historia argentina de todas esas crisis. “Si el Gobierno no cambia, terminaría en eso; así que no hay buen augurio. El rebote económico ya se agotó por la aceleración de la inflación, que ya se está descontando para el año en curso, así que las tasas de crecimiento tienden a cero nuevamente”.

Al visualizar la economía del país para 2022, Castiñeira resaltó que cuando hay “muy buena” temporada en enero, con días muy soleados, eso implica que el campo tendrá una mala cosecha. “Y ya se está viendo eso: ya son demasiados días de sol para la siembra de soja, esto va a terminar afectando los rendimientos -lamentó-. No va a ser un año de cosecha récord seguramente, ahí es el primer impacto negativo. Después va a estar la cuestión de si la Argentina logra un entendimiento con el Fondo… cada vez se están alejando más. Y luego, todas las inconsistencias macroeconómicas que se acumularon desde antes y se fueron amplificando durante la pandemia”.

“En el escenario que proyectamos en FIEL -que supone que va a tener algún acuerdo light con el FMI-, la economía crece alrededor de 2% y la inflación es un número que está en torno al 55%/60%, a diciembre”, dijo por su parte Juan Luis Bour, economista jefe y director de la entidad.

Según el especialista, es cuadro responde a que la economía sigue sin programa económico: “El programa es el que se va haciendo todos los días. Es una economía que tiene ‘dominancia fiscal’, tienen el fisco con déficit. Eso te domina todo lo que es lo monetario y, por lo tanto, el exceso de gasto se financia con emisión monetaria -apuntó-. Al no tener control monetario, tenés inflación alta. Cualquier escenario te da una inflación que puede ser cerca del 50% o 60% al cierre del año”.

El panorama puede cambiar dependiendo de las políticas que adopte el Gobierno: “No sabemos cuánto ajuste de tarifas ni cuánta imprudencia fiscal habrá… En el escenario de tener algún acuerdo con el FMI, tenés que suponer que algo van a ordenar un poco las cosas pero, aún así, todo eso es muy precario… vemos una economía muy frenada”.

Consultado sobre la inflación de 2021, cifra que dio a conocer el Indec el último jueves, Bour manifestó que “con precios y estrategias muy primitivas de pisar precios, la inflación es 50,9%. Es muy alta, producto del desorden. Lo que propone el Gobierno es una economía muy desordenada”.

Sobre ese punto, el economista Luis Palma Cané opinó que la inflación del año pasado es “descontrolada y reprimida con ineficientes controles. Pretender bajar la inflación con controles de precios es un disparate”.

“Si la inexistente coherencia política monetaria y fiscal actual continúa, la inflación será mayor” que la de 2021 y el PBI no sería superior al 2,5%, arrojó el experto. Empero, planteó que el porcentaje inflacionario no se puede pronosticar cuantitativamente y seriamente sin conocer un programa hoy inexistente. “Dependerá de lograr acuerdo con el FMI, reducir el déficit y la emisión”, enumeró. Y enfatizó: “A mayor emisión, mayor déficit y tasas reales negativas; mayor será el nivel inflacionario. Tan simple como eso”.

En cuanto a su pronóstico para la economía argentina este año, Palma Cané sostuvo que es negativo. “Las cifras indicadas tienen riesgos: a la suba la inflación y a la baja el nivel de actividad”.

La estimación del economista Jorge Neyro para la inflación de 2022 ronda entre 55% y 56%, número que -según su visión- dependerá esencialmente de tres elementos. Primero, del aumento tarifario que el Gobierno aplique “que aún no está claro, sobre todo el tema de la luz”. Segundo, la cuestión de las naftas que vienen congeladas hace ocho meses, que el Gobierno controla a través de YPF, y en algún momento se tienen que descongelar. Y tercero, el dólar “que por ahora responde a la inflación acelerando el tipo de cambio oficial pero eso ya no va a ser más un ancla en sí mismo”.

“El manejo de los combustibles y de las tarifas es el resorte más inmediato que tiene el Gobierno para moderar la inflación”, ponderó el experto, a la vez que aclaró que eso estará atado a las metas de déficit fiscal que el Gobierno termine acordando con el FMI cuando ocurra.

Según su perspectiva, la inflación de 2021 es un reflejo de diversas cuestiones de la economía argentina: la gran emisión monetaria en 2020, la reapertura de sectores y subsidios focalizados a rubros como el turismo y también algún aumento de precios internacionales de los alimentos que pudo haber influido. A su vez hubo problemas en algunos mercados, como el de la carne que es tema importante en la mesa de los argentinos. “Desde factores micro a macroeconómicos, y de algunos mercados en particular, impactaron fuertemente en la dinámica inflacionaria, a pesar de que el Gobierno pisó las tarifas, el dólar… realmente no se podía esperar una inflación menor al 50%”, aseveró.

Federico Glustein estimó que la inflación para el 2022 probablemente sea más alta que la de 2021 y se ubique en un rango entre 55% y 60%, la más alta desde 1991, producto de diferentes razones: “La inercia inflacionaria -que nos indica que el último mes arrojó un 56% anualizado y la perspectiva para este mes es al alza y el piso de los últimos 16 meses fue de 3,5%-; la suba de tarifas y combustibles acompañaran la inflación núcleo del 54,9% del 2021 y ‘los incrementos de segunda ronda’. Es decir, aquellos que son resultado del alza de tarifas. Y por otro lado, la aceleración del crawling peg hará subir el dólar oficial, encareciendo los insumos y bienes importados que en 2021 estuvieron por debajo del índice local”.

En lo que se refiere al PBI, puntualizó, el crecimiento respecto del 2021 será sensiblemente inferior: más cercano al 2%/2,5%, porque se agotará el efecto de la la recuperación de la brutal caída de la actividad derivada de la pandemia y las restricciones a la movilidad social. Sin embargo, aclaró Glustein, al no haber un salto de productividad, inversiones ni estabilidad macro, es improbable una recuperación mayor.

“La economía argentina crecerá por recuperación y dependerá de escenarios posibles: si se acuerda con el FMI y se da un esquema de crecimiento sostenido, algunas variables macro estarán menos expuestas a tensiones; como el tipo de cambio y la brecha cambiaria, la tasa de interés y el endeudamiento. Si esto sucede, probablemente haya avances en una reducción, escasa a mi parecer, del déficit fiscal con quita de subsidios y reorientación del gasto”, detalló Glustein en declaraciones a este medio.

En caso de que no haya acuerdo con el FMI, según la perspectiva de Glustein “la incertidumbre podrá hacer saltar por los aires las cotizaciones, caer la Bolsa local, aumentar el déficit fiscal y la inflación”. Por otro lado y no menor, recalcó el economista, habrá que esperar que la sequía -que es irreversible- tenga su correlato con alza de precios internacionales de commodities para contrapesar la baja de volumen exportable, que incide en balanza comercial, tipo de cambio y en la inflación.

Último informe del REM

En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, entre el 27 y 30 de diciembre de 2021, los analistas de mercado proyectaron que la inflación minorista para 2022 se ubicará en 54,8% (2,7 puntos porcentuales superior a la encuesta previa).

Cabe acotar que en el último año, los economistas comenzaron con una proyección de inflación para 2022 de 37% y 10 meses la subieron en casi 20 puntos porcentuales.

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