La lluvia obligó a evacuar y romper el aislamiento

La tormenta eléctrica provocó inundaciones en varios barrios.Los más afectados fueron los vecinos de la zona norte.

En unas horas llovió lo que se esperaba para todo el mes de abril. El temporal que se desató ayer sobre Salta rompió con la obligación de mantener el aislamiento social y obligatorio que se impuso hace días para frenar el avance de la pandemia del COVID-19.

Para abril se esperaban 40,9 mm, pero en tan solo cinco horas el promedio se superó y cayeron 56,5 mm. Si bien la lluvia persistió durante todo el día, el temporal se desató a la madrugada, con truenos que más de uno no dudó en clasificarlos como “nunca vistos”. Mientras algunos se despertaban por los ruidos intensos que hacían vibrar las ventanas, a otros los despertó el agua.

Mercedes Luna se despertó porque el agua la “pilló llegando al colchón”. “Te levantás y pones los pies en el agua. Cuando bajo de la cama y siento el agua me da miedo por mi hija”, contó la mujer mientras intentaba desagotar su casa con baldes. Mercedes vive con su hija de 23 años. “Parece de 7 años”, explica, es que tiene un retraso madurativo. Su hija además sufre de una enfermedad en los huesos, por lo que no puede estar en un ambiente húmedo. “Por eso la mandé al CIC de Unión para que almuerce”, contó la mujer que pudo construir unas habitaciones luego de haber estado ocupando el terreno en una carpa.

Como una penosa rutina, ya sabe que si comienza a llover, debe desenchufar todo. No es la primera vez que Mercedes se inunda, “ya no puedo vivir así”, asegura. Su único sustento estable es la Asignación Universal por Hijo, mientras suma algunos pesos con algunas costuras que hace y la venta de productos que por “el coronavirus está parado”, explica.

Según el reporte municipal, 56 personas fueron evacuadas en el CIC de Unión. Los barrios más afectados fueron Juan Manuel de Rosas, Piletones, 15 de Septiembre y 17 de Octubre. “La mayoría dijo que quería volver a su casa”, contó Nicolás Kripper secretario de Protección Ciudadana.

Las mujeres solas abundan por la zona. Parada en la vereda de su casa, Victoria Alarcón hace señas con sus brazos para avisar que allí es una de “las casas complicadas”. Se despertó alrededor de las 3.30, y comenzó “la desesperación”. “No nos dio tiempo, ya estabamos sobre las aguas. Se mojó todo, cama, colchón, la ropa de los chicos flotaba en el agua. Tratamos de subir las cosas, pero no nos dio tiempo”, contó mientras trabajadores municipales ingresaban la bomba para expulsar el agua de su patio. Victoria vive de la pensión de siete hijos y trabaja en el campo por temporadas. Su marido “se fue, está lejos” y ella quedó con sus 7 hijos, el menor tiene 4 y el mayor 23 años. “El es especial, y no ve bien entonces se puso todo nervioso”, contó la mujer. Quienes quieran ayudarla puedan comunicarse al 3874060457.

Al mediodía, en el CIC de barrio Unión mujeres y niños se disponían a tomar algo caliente mientras recibían ropa seca, por parte de la Municipalidad. Anamá Benavides estaba en la punta de una de las mesas rodeada de su consuegra, sus hijos y su nuera que ante sus olvidos la ayudaban a completar el relato. Anamá lloró y le pidió a Dios y los santos. A su casa no solo llegó a entrar agua de lluvia, sino también de cloaca. “Cayó un rayo, sentí olor a creciente y les dije que levantaran las cosas. Perdí todo, el agua nos llegaba hasta la rodilla”, aseveró y advirtió que “una cosa es contarla y otra vivirla”. Para ayudarla comunicarse al 3874737208.

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