Stefano Ceci, italiano que tenía una relación muy estrecha con el Diez, aseguró que “Diego se dejó llevar” y que “estaba deprimido”.
Tras la muerte de Diego Armando Maradona, mucho se habló de lo que había sufrido el Diez el deceso de sus padres (Doña Tota -su madre- falleció en 2011, mientras que Don Diego -su padre- murió en 2015) e incluso se llegó a decir que el campeón del mundo en México 1986 nunca pudo superar definitivamente ese dolor.
Stefano Ceci, un napolitano que conoció a Maradona allá por el 2000 y terminó convirtiéndose en uno de sus laderos, habló sobre el tema en La Repubblica y, con una frase verdaderamente estremecedora, reveló que “Diego se dejó llevar” para volver a estar con sus padres.
“No estaba físicamente a su lado cuando murió. El Covid me lo impidió. Argentina todavía está cerrada a los extranjeros. La última vez que lo escuché fue una semana antes de que lo operaran, en FaceTime. Pero una cosa puedo decir con seguridad: Diego se dejó llevar. Estaba cansado de vivir mucho tiempo. Estaba deprimido. El encierro y todas las restricciones de la pandemia le dieron el golpe final. Puede haber errores y negligencia, pero lo dijo por al menos un año: ‘Tanito, estoy cansado, voy con mi papá y mi mamá. Me queda poco'”, relató quien conoció a Diego mientras este realizaba un tratamiento para sus adicciones en La Pradera, Cuba.
Asimismo, Ceci fue consultado sobre si el Diez podría haber vivido más si no fuese por el coronavirus y respondió: “Quizás hubiera pasado más tiempo. Pero la suya era una muerte anunciada. Y Diego lo decidió. Si quería algo, no había forma de contradecirlo. Por supuesto, no se le debería haber permitido. Salir del hospital apenas una semana después de la operación de cabeza. Pero decir que no, para los que estaban con él en esos días, probablemente hubiera significado enfadarlo y perder todas las ventajas. Maradona era una máquina de hacer dinero”.
Por otra parte, el italiano habló de la relación de 20 años que mantuvo con Maradona y dejó en claro que eran muy cercanos. “Yo era Tanito, su punto de referencia, ese hermano menor que, al fin y al cabo, Diego nunca tuvo, al que podía contarle todo. Una persona que se identifica plenamente en él y eso le permitiría mostrar sus debilidades, su fragilidad. Viví junto a él durante veinte años: desde 2000 hasta marzo, cuando el maldito Covid que bloqueó los viajes. Si he vivido en Dubai durante siete años, es también por su voluntad”, contó Ceci.
