Perú cuestiona a Repsol por no contener el derrame de petróleo en el mar

El crudo afecta unos 50 kilómetros de costa desde el sábado, un accidente que el Gobierno califica como el mayor desastre ecológico de los últimos años.

El derrame de petróleo en la terminal de una refinería operada por Repsol en el mar peruano ha avanzado desde el distrito de Ventanilla -en la región Callao- hacia el norte hasta la provincia de Huaral, en la región Lima, afectando unos 50 kilómetros de litoral y al menos 1.739 kilómetros cuadrados de mar, una cifra que las autoridades ambientales actualizarán la noche del miércoles tras recorrer la zona. “Es uno de los desastres ecológicos más importantes en los últimos años y está generando un impacto gravísimo”, calificó la presidenta del consejo de ministros, Mirtha Vásquez, en una conferencia de prensa.

El vertido de unos 6.000 barriles de crudo se produjo el sábado en una infraestructura mar adentro de la refinería La Pampilla, horas después de la erupción de un volcán submarino en Tonga. La primera ministra afirmó que el Gobierno “está muy preocupado” porque la empresa lanzó una primera comunicación que “minimizaba el hecho”. “Hablaban de un derrame bastante pequeño, y se ha verificado que no lanzaron las alertas públicas correspondientes para que la población y las autoridades pudieran tomar acciones respecto de lo que se venía”, indicó.

Citando información que recibió del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), Vásquez dijo que Repsol emitió información inexacta pero además, según su versión, no estableció la magnitud de este derrame, y por lo mismo, no ha tenido capacidad de reacción. “Por eso recién están hablando de contratar a una empresa que pueda hacer la limpieza. Han pasado cuatro días y el desastre se sigue extendiendo debido a la falta de un plan de contingencia”, lamentó la premier.

Tine van den Wall Bake, gerente de comunicaciones de la subsidiaria peruana de Repsol, indicó que la descarga de crudo de un buque italiano a las mangueras de la refinería comenzó el viernes 14 y que al día siguiente consultaron con la Marina si había algún alerta para el litoral y, como no fue así, continuaron la operación.

Según la vocera de la empresa, la carga total era de 985.696 barriles de crudo y habían descargado 628.000 cuando llega el “oleaje anormal” el sábado y “se rompen los cabos de estribor”, describió a la emisora Radioprogramas este miércoles. La empresa informó el domingo mediante un comunicado que el “derrame limitado fue rápidamente superado”.

Consultada por la radio si Repsol es responsable del ecocidio, Van den Wall Bake respondió: “Nosotros no ocasionamos el desastre ecológico, estábamos haciendo una descarga desde el día anterior”. “Lo que se ve en ese momento (el sábado) es iridiscencia, por eso no se puede poner en marcha un plan de contingencia. El producto viajó por el fondo del mar y apareció al día siguiente”, señaló la ejecutiva de Repsol.

La jefa de la OEFA, Miriam Alegría, comentó a este diario que dicha entidad investiga si realmente la empresa activó un plan de contingencia y colocó barreras de control como señaló en un reporte de emergencia a la autoridad ambiental.

“Sucedido el esparcimiento del derrame en las zonas contiguas (a la descarga del buque) se trataba de un derrame muchísimo mayor y eso implicaba que realicen la contención del hidrocarburo en el mar. Si el derrame se ha dispersado es porque el plan de contingencia no ha sido el adecuado: eso está en investigación”, detalló. “No tendríamos el derrame con este nivel de gravedad si hubiera barreras de contención adecuadas. Si no se hace de manera oportuna (el crudo) sigue ocupando playas contiguas”, precisó Alegría.

La tarde del miércoles, luego de una reunión entre dirigentes de siete asociaciones de pescadores de Ventanilla, los ministros de Ambiente, Energía y Minas, y Producción, y representantes de Repsol, el ministro Rubén Ramírez reportó que la empresa se ha comprometido a contratar a los pescadores en los trabajos de limpieza del petróleo y a darles “canastas de subsistencia (de alimentos)”. Son cerca de 1.000 los hombres de mar del distrito donde se ubica la refinería y no podrán trabajar por tiempo indeterminado, mientras continúan las tareas de limpieza y descontaminación del litoral y el mar.

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