Las fronteras con Finlandia y Georgia están colapsadas, se agotaron los vuelos y Alemania se abre a los refugiados.
Tras la movilización de 300.000 reservistas para luchar en Ucrania, anunciada por el presidente Vladímir Putin el miércoles, los rusos huyen de su país para evitar ser llevados al frente de batalla.
Las fronteras terrestres con Finlandia y con Georgia se vieron atestadas desde ese día por ciudadanos rusos que buscan salir del país, mientras que los pasajes aéreos de vuelos para salir de Rusia a países vecinos se dispararon a más de 5.000 dólares y están agotados para los próximos días.
La llegada de ciudadanos rusos a la vecina Finlandia por carretera aumentó un 57 % el miércoles, informó ayer la Guardia de Fronteras finlandesa.
A lo largo de la jornada un total de 4.403 ciudadanos rusos cruzaron la frontera del sureste finlandés, la más concurrida debido a su cercanía con San Petersburgo.
“El tráfico fronterizo se intensificó durante la noche en los puntos fronterizos del sudeste de Finlandia y hubo más llegadas al país de lo normal. El tránsito de entrada también ha seguido siendo intenso esta mañana”, señaló la Guardia de Fronteras en Twitter.
Otro tanto sucede en la frontera de Rusia y Georgia. Medios locales y redes sociales han publicado imágenes del paso Verjni Lars, en las que se ven atascos kilométricos de centenares de coches rusos que intentan entrar en territorio georgiano. “Testigos me han dicho que la cola de vehículos se extiende unos 40 kilómetros”, asegura Viktoria Platunova, una opositora rusa que se refugió en Georgia.
Desde Alemania, varios ministros se mostraron abiertos a ofrecer asilo a desertores rusos.
“Cualquiera que se oponga con valentía al régimen del presidente Vladímir Putin puede solicitar asilo en Alemania”, dijo la ministra del Interior, Nancy Faeser. En igual sentido se expresó su par de Justicia, Marco Buschmann.
fruente: El Tribuno
