Sanders y Buttigieg toman ventaja en una carrera demócrata que no da respiro

Los demócratas se debaten ahora entre la revolución política impulsada por Sanders y el realismo de moderados como Buttigieg y Klobuchar.

Los resultados finales de las primarias demócratas de New Hampshire ratificaron el ajustado triunfo de Bernie Sanders, pero también abren nuevos interrogantes. El senador de Vermont se ubicó en primer lugar a tan solo dos puntos de la revelación en los caucus de Iowa, el moderado Pete Buttigieg. Con ese resultado, ambos consiguieron nueve delegados. En un sorpresivo tercer lugar quedó la senadora Amy Klobuchar. Los grandes perdedores fueron la senadora Elizabeth Warren y el exvicepresidente Joe Biden, durante varios meses favoritos en las encuestas nacionales: ninguno de ellos consiguió delegados. Los demócratas se debaten ahora entre la revolución política impulsada por Sanders, quien se define como un “socialista democrático”, y el “realismo” de moderados como Buttigieg y Klobuchar, que prometen renovación y unidad, respectivamente.

“Esta victoria aquí es el principio del fin para Donald Trump”, dijo Sanders a sus eufóricos seguidores luego de conocer los resultados definitivos. “Nuestra victoria en New Hampshire no se trata de mí. Se trata de nosotros. Se trata del movimiento que nuestros partidarios, voluntarios y donadores construyeron, y que transformará este país”, twitteó Sanders más tarde.

Las posturas progresistas de Sanders generan grandes pasiones entre los votantes demócratas. “La mayoría de los otros candidatos demócratas son neoliberales, apoyan a nuestra industria militar, votarían a favor de la guerra, ¡mira a Biden!”, dijo mientras esperaba las cifras oficiales Art Brandon, un exjuez que aprecia las posturas antibélicas de Sanders.

La joven estudiante Cathlyn Hanson, por su parte, destacó la promesa de Sanders respecto a la educación gratuita universal. “La educación es lo que permite que las personas se conviertan en ciudadanos, comprendan el mundo que los rodea y se vuelvan compasivos”, manifestó. A su lado, su amiga Alyssa destacó que Sanders “lleva décadas luchando sin renunciar a sus ideales”, con los que coincide por completo.

Para sus enemigos dentro del partido demócrata, la marcada posición de izquierda del senador de 78 años es su principal desventaja para enfrentar a Trump. Frente a ese escenario emerge cada vez con mayor fuerza la figura del moderado exalcalde de South Bend, Pete Buttigieg . La diferencia entre ambos terminó siendo de poco más de 4 mil votos, un margen que durante gran parte del recuento hizo temer un escenario de empate técnico parecido al de Iowa.

“Tantos de ustedes participaron. Demócratas de pura cepa. Independientes dispuestos a permanecer al margen. E incluso algunos nuevos exrepublicanos. Listos para votar por algo nuevo”, dijo Buttigieg, anunciando que su campaña se trasladará ahora a Nevada y Carolina del Sur, los próximos estados en pronunciarse el 22 y 29 de febrero. Pete, como lo llaman los jóvenes que le brindan su apoyo, busca mostrarse como el candidato de la renovación demócrata.

Pero sin dudas fue la senadora Amy Klobuchar, cuya popularidad creció tras el debate del viernes pasado, quien dio la nota al quedar tercera en New Hampshire. “No puedo esperar el momento de ganar la nominación y construir un movimiento de demócratas enardecidos, de republicanos independientes y moderados”, dijo a sus seguidores, apelando a unir distintos sectores del electorado.

Tampoco quedan interrogantes respecto al gran perdedor de la noche, Joe Biden. El exvicepresidente de Barack Obama que acaba de perder la delantera en las encuestas nacionales, recibió un duro golpe en New Hampshire, donde sumó apenas un 8,4 por ciento de intención de voto. Anticipando que la noche no sería para festejar, Biden huyó a Carolina del Sur, donde espera revertir su suerte gracias al importante apoyo que tiene entre la población negra. Biden ya había quedado en cuarto lugar en los caucus de Iowa, en lo que describió como un “golpe en las tripas”. 

En cualquier caso, la pregunta que se abre ahora es quién podrá defender mejor los colores centristas: ¿Buttigieg, que sueña con seguir los pasos de Barack Obama? ¿Klobuchar, quien culminó en tercer lugar el martes por la noche? ¿O el multimillonario Michael Bloomberg, quien ingresa tarde a la carrera presidencial pero posee mayores recursos para su campaña que cualquiera de sus rivales? Por lo pronto, Bernie Sanders es un espectador de lujo de esa discusión.

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