Ultimátum del Gobierno a las automotrices: “Sean sustentables”

El secretario de Industria, Ariel Schale, emplazó a terminales para radiquen planta de pintura.

Con una inusitada dureza, el Gobierno le dio un ultimátum a las automotrices para que se encuadren en el modelo industrial que impulsa la actual gestión, en medio de la tensión que existe en el sector por la falta de divisas.

“Las empresas que no sean sustentables no tienen lugar en la Argentina”, dijo el secretario de Industria, Ariel Schale, en una reunión que mantuvo con representantes de todos los sectores de esta industria como fabricantes, autopartistas, concesionarias y gremios.

El encuentro se realizó el viernes pasado, en la sede del Ministerio de Desarrollo Productivo, para analizar el avance del proceso de integración de piezas nacionales. Por el lado privado-gremial, había directivos de ADEFA, AFAC, ACARA, más el secretario adjunto del SMATA, Mario Manrique, y el titular de la UOM, Antonio Caló.

El Gobierno viene impulsando la necesidad de incrementar la participación de autopartes nacionales en el proceso productivo para poder sustituir importaciones de insumos, foco del déficit comercial que tiene el sector.

El contexto no es el mejor ya que el problema principal es la salida del país, en los últimos años, de gran cantidad de empresas proveedoras por distintos motivos, desde la presión impositiva, falta de previsibilidad, rigidez laboral, altos costos y baja escala.

Este fue el otro punto en el que el funcionario mostró una posición de sorpresiva firmeza, en base a la relación venía manteniendo con las empresas.

Concretamente, emplazó a las terminales para que presenten, antes del inicio del 2022, algún proyecto para la radicación de una planta de pinturas para dejar de importar ese producto imprescindible en el proceso de fabricación de vehículos

“Si no desarrollan una fábrica nacional de pintura, hablen con las concesionarias porque, desde el año que viene, van a tener que vender autos color chapa”, habría dicho el funcionario, según confió a Ámbito un directivo que participó del encuentro.

A partir del año pasado, se fueron los dos fabricantes de pintura que había en el país. La estadounidense Axalta Coating Systems cerró en 2020 su planta en la localidad de escobar y la alemana BASF mudó este año se producción de pinturas a Brasil.

No cayó bien en las empresas la diatriba oficial, teniendo en cuenta que el sector está incrementando la producción, dentro de un contexto económico y sanitario desfavorable. “En el Gobierno creen que es un problema de voluntarismo de nosotros que vengan un autopartistas a invertir y radicarse” señalaron desde una automotriz.

La situación es delicada por el éxodo de proveedores que hubo en los últimos tiempos y el mensaje de Schale va en línea con el comentario que, desde el Ministerio, hicieron trascender, el año pasado, cuando las noticias de salidas de empresas del país saltaron a los medios: “Si creen que se van a ir a Brasil y, desde allí, seguir abasteciendo a la Argentina, están equivocados”.

Si bien la balanza comercial en el segmento de autos genera superávit, el rojo del sector viene dado por las autopartes. Un 0 km nacional tiene, en promedio, 70% de piezas importadas por lo que, al aumentar, la producción, se necesitan más dólares para importar insumos.

El Gobierno otorgó un cupo anual de divisas para cada empresa para importar autopartes y vehículos, pero la mayor producción y demanda interna hace que sea insuficiente. También se complica para cumplir con las exportaciones.

Si bien el funcionario habló en general, no todas las terminales están en la misma situación, por lo que las duras palabras fueron destinadas a determinadas empresas que entendieron el mensaje.

Otras están tratando de aumentar la producción pero se encuentran con el problema de que los proveedores locales, especialmente pymes, no están en condiciones de abastecer la mayor demanda porque requieren de inversiones e incorporación de personal que, en un país de tanta inestabilidad, no son decisiones fáciles de tomar.

También enfrentan el problema de que los operarios rechazan hacer horas extras por la quita que les provoca el Impuesto a las Ganancias. A esto se suma que los sindicatos están presionando para que las automotrices tomen más personal, algo que también es resistido por los motivos mencionados. Incluso, por la dificultad de conseguir trabajadores aptos para las funciones que tendrían que asumir, tal como reveló el presidente de Toyota.

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